Los océanos cubren aproximadamente el 70 % del planeta Tierra y en ellos habita una enorme diversidad biológica con potencial para usos sostenibles. La biotecnología azul (también llamada biotecnología marina) es el campo científico que aprovecha organismos marinos, como algas, bacterias, hongos, peces o invertebrados, para desarrollar nuevos productos, procesos y servicios.
Este enfoque emergente forma parte de la Economía Azul, promovida por organismos internacionales (por ejemplo, la Unión Europea con el Pacto Verde) para integrar de forma sostenible actividades que dependen del océano (pesca, acuicultura, biotecnología marina, etc.). En ese contexto, la biotecnología azul busca aprovechar los recursos marinos con criterios de sostenibilidad, contribuyendo a la economía azul y a la transición ecológica. La biotecnología azul promueve el aprovechamiento de la inmensa variedad de la vida marina en soluciones biotecnológicas útiles: por ejemplo, cada año se descubren cientos de nuevos compuestos bioactivos marinos que pueden transformarse en alimentos, medicamentos o materiales avanzados.
¿Qué es la biotecnología azul?
La biotecnología azul consiste en aplicar técnicas biotecnológicas en entornos acuáticos para transformar los recursos marinos en productos útiles. Es decir, es el conjunto de procesos que utiliza organismos marinos y de agua dulce (microalgas, algas, bacterias, hongos, peces, esponjas, etc.) como materia prima para crear bienes y servicios.
Por ejemplo, esta disciplina investiga compuestos de organismos acuáticos para desarrollar fármacos, alimentos funcionales, biocombustibles y cosméticos a partir de algas y otras especies marinas. De esta forma, la biotecnología marina aprovecha la biodiversidad de los ecosistemas acuáticos para generar innovación industrial y farmacéutica, explorando recursos naturales poco conocidos.
¿Para qué sirve la biotecnología azul?
La biotecnología azul tiene aplicaciones muy diversas en la sociedad y en la industria. Sirve para descubrir y producir nuevos compuestos bioactivos a partir de organismos marinos, que pueden convertirse en alimentos, suplementos nutricionales, ingredientes cosméticos o fármacos. Cada año se identifican cientos de compuestos marinos inéditos gracias a la investigación marina, lo que demuestra el enorme potencial innovador de estos ecosistemas
Además de obtener productos para consumo y salud, la biotecnología azul se emplea para desarrollar tecnologías limpias y sostenibles. Por ejemplo, permite generar biocombustibles de bajo carbono y materiales biodegradables que reducen la contaminación industrial. También contribuye a soluciones ambientales: existen sistemas biológicos que limpian el agua de contaminantes y que usan técnicas genómicas avanzadas para rastrear cambios en los hábitats marinos ante el cambio climático. En resumen, sus aplicaciones abarcan sectores tan variados como la agricultura, la salud humana, la energía renovable y la protección ambiental.
Otro uso clave es la biorremediación. Ciertas bacterias y microalgas marinas se emplean para descontaminar aguas y suelos. Por ejemplo, se han aislado cepas de bacterias marinas capaces de degradar hidrocarburos de derrames de petróleo o de romper plásticos en el océano. También se utilizan microalgas en sistemas de tratamiento de aguas residuales, eliminando nitrógeno, fósforo y metales pesados antes de devolver el agua limpia al medioambiente. En conjunto, la biotecnología azul aporta bioprocesos para obtener productos útiles y, al mismo tiempo, restaurar los ecosistemas acuáticos contaminados.

¿Qué aplicaciones tiene en la industria y la agricultura?
En el ámbito industrial, la biotecnología azul ofrece soluciones innovadoras y sostenibles. Por ejemplo, se emplean microalgas marinas para fabricar biocombustibles de segunda y tercera generación (bioetanol, biodiésel) como alternativa a los combustibles fósiles. Varias empresas han realizado vuelos de prueba usando combustibles de algas; así, Continental Airlines completó un vuelo impulsado por una mezcla con biodiésel obtenido de microalgas. Además, las algas se procesan para obtener compuestos químicos de alto valor (como carotenoides, ácidos grasos y polisacáridos) que se usan en la industria alimentaria y farmacéutica. Otros procesos industriales aprovechan enzimas marinas para fabricar bioplásticos y materiales biodegradables (por ejemplo, se investiga el uso de algas para biocaucho).
En la agroindustria y agricultura, la biotecnología azul contribuye con biofertilizantes y bioestimulantes derivados de algas marinas. Estos productos mejoran la nutrición de los cultivos y su resistencia a plagas, reduciendo la necesidad de fertilizantes químicos y pesticidas sintéticos. Por ejemplo, extractos de microalgas contienen compuestos que promueven un crecimiento vegetal más sano y sostenible. Además, los subproductos de la industria pesquera y algícola (por ejemplo, residuos de crustáceos o algas procesadas) se emplean en la fabricación de piensos acuícolas ricos en proteínas, cerrando ciclos de materia y reduciendo residuos. En conjunto, la biotecnología azul mejora la eficiencia de la producción industrial y agrícola usando recursos marinos de manera responsable.
¿Qué aplicaciones tiene en la salud y la medicina?
La biotecnología azul ha abierto un amplio campo de aplicaciones en la medicina y la salud. Muchos nuevos medicamentos se obtienen de organismos marinos, especialmente para tratar enfermedades complejas. Por ejemplo, los compuestos anticancerígenos aislados de tunicados y esponjas marinas han dado lugar a fármacos innovadores. La empresa española PharmaMar desarrolló el medicamento Yondelis, a partir de un organismo marino (un tunicado), que es el primer fármaco antitumoral de origen marino aprobado en Europa.
Además de antitumorales, se investigan antivirales, antibióticos y productos cardioprotectores de origen marino. Algunos péptidos y polisacáridos marinos muestran actividad antimicrobiana o antiinflamatoria, por lo que son candidatos para tratar infecciones resistentes y enfermedades cardíacas.
También destacan los nutracéuticos marinos: por ejemplo, el aceite de microalgas es rico en ácidos grasos omega-3 (EPA, DHA) que se usan como suplementos nutricionales para mejorar la salud cardiovascular y cognitiva. De hecho, la biotecnología azul transforma organismos acuáticos en complementos alimenticios de alto valor (proteínas, vitaminas, antioxidantes) que benefician nuestra dieta. Por último, esta disciplina permite desarrollar vacunas y probióticos marinos: en acuicultura se producen vacunas a partir de compuestos marinos para proteger peces y crustáceos de enfermedades, reduciendo el uso de antibióticos. De igual forma, los probióticos de origen acuático mejoran la microbiota intestinal de animales de granja. En conjunto, la biotecnología azul aporta compuestos únicos del mar transformados en medicamentos, suplementos y aditivos saludables para humanos y animales.

¿Qué aplicaciones tiene en la cosmética?
En el sector de la cosmética, la biotecnología azul explora ingredientes marinos con múltiples beneficios para la piel y el cabello. Muchos cosméticos incorporan extractos de algas marinas (por ejemplo, algas pardas como fucus o laminarias) por sus propiedades antioxidantes, hidratantes y regenerativas. Estos extractos contienen polisacáridos, vitaminas y oligoelementos del mar que protegen la piel del envejecimiento y mejoran su elasticidad. Estudios especializados señalan que ya existen cremas y lociones antiarrugas a base de algas, así como productos faciales antimicrobianos enriquecidos con fitoquímicos marinos.
Otro ejemplo es el colágeno marino, obtenido de tejidos de peces y algas, que se emplea en mascarillas y tratamientos capilares por su capacidad de fortalecer la estructura celular. Adicionalmente, la talasoterapia (terapia con agua de mar, algas y lodos marinos) aprovecha directamente las propiedades del agua oceánica para tratamientos de spa, relajación y rehabilitación. En conjunto, los productos de cosmética azul aportan ingredientes naturales del océano, ofreciendo alternativas más sostenibles frente a los compuestos sintéticos tradicionales.
¿Cómo ayuda la biotecnología azul al medio ambiente?
La biotecnología azul ofrece herramientas específicas para proteger y restaurar el medio marino. Un uso destacado es la captura de carbono azul. Los ecosistemas marinos como manglares, marismas y praderas de pastos marinos absorben CO₂ de la atmósfera de forma muy eficiente. La biotecnología permite cultivarlos o restaurarlos para almacenar carbono a largo plazo. A escala microbiana, se ha documentado que cada kilogramo de biomasa de microalgas cultivadas puede fijar hasta dos kilogramos de CO₂, reduciendo la concentración de gases de efecto invernadero.
También se aplica la biotecnología azul a la biorremediación de contaminantes. En plantas de tratamiento de aguas residuales, cultivos mixtos de microalgas eliminan nitratos, fosfatos y metales pesados, devolviendo el agua tratada al medio sin residuos nocivos. Investigadores han aislado bacterias marinas capaces de descomponer petróleo, plásticos y pesticidas, lo que abre la puerta a limpiezas biológicas de vertidos y costas contaminadas. En definitiva, estos métodos aprovechan procesos naturales (cultivo de algas, enzimas marinas, comunidades microbianas) para descontaminar ecosistemas acuáticos dañados.
¿Qué ejemplos existen de biotecnología azul en el mundo?
Las aplicaciones de la biotecnología azul ya son una realidad en numerosos sectores. Algunos ejemplos concretos incluyen:
- Medicamentos antitumorales marinos: La empresa española PharmaMar desarrolló Yondelis, un fármaco anticancerígeno obtenido de un organismo marino (un tunicado), que es el primer antitumoral aprobado de origen marino. Además, PharmaMar ya comercializa otros dos medicamentos contra el cáncer basados en compuestos marinos. Investigadores en otros países buscan compuestos similares extraídos de esponjas marinas y corales.
- Neumáticos de biocaucho marino: La compañía Pirelli patentó neumáticos para automóviles fabricados con caucho natural derivado de algas verdes marinas. Este biocaucho sostenible permite fabricar neumáticos reduciendo la necesidad de caucho sintético.
- Biocombustibles de algas: Varias empresas experimentan con combustibles de microalgas. En 2011 Continental Airlines realizó con éxito un vuelo propulsado por una mezcla que incluía biodiésel de microalgas. Otros proyectos buscan producir diésel y combustible naval a gran escala a partir de algas oleaginosas.
- Cosméticos marinos: Marcas de cosméticos de alta gama emplean extractos de algas y plancton en sus formulaciones. Por ejemplo, cremas antiarrugas incluyen antioxidantes naturales de algas rojas y marrones. Algunos filtros solares biotecnológicos están basados en pigmentos marinos (fitoquímicos de algas) que protegen la piel de los rayos UV.
- Alimentos y suplementos: Se comercializan suplementos alimenticios a base de microalgas (como spirulina o chlorella) por su alto valor nutricional (proteínas, vitaminas, omega-3). También se investiga el uso de microalgas como ingrediente en alimentos fortificados y bebidas saludables.
- Biofertilizantes y piensos: Empresas biotecnológicas ofrecen biofertilizantes líquidos a base de algas marinas para uso agrícola. Estos productos mejoran la fertilidad del suelo de forma natural. De igual modo, existen piensos compuestos con subproductos de algas para acuicultura, mejorando la nutrición del pescado.
- Biorremediación: Proyectos medioambientales usan microorganismos marinos para limpiar contaminantes. Por ejemplo, se han identificado cepas microbianas que degradan hidrocarburos, metales pesados y plásticos, y se estudian métodos para aplicarlas en limpiezas de costas y suelos contaminados.
Estos ejemplos ilustran cómo la ciencia marina se traduce en soluciones tangibles: medicamentos innovadores, combustibles limpios, productos de consumo ecológicos y herramientas de conservación ambiental.

¿Cuáles son los beneficios y los desafíos de la biotecnología azul?
La biotecnología azul puede aportar ventajas significativas a la sociedad y al medioambiente. Utiliza recursos renovables marinos, aliviando la presión sobre los ecosistemas terrestres y ayudando a diversificar la producción de alimentos y energía. Promueve la innovación en sectores estratégicos: aporta nuevos fármacos, nutracéuticos y materiales avanzados que mejoran la competitividad industrial. Además, contribuye a la economía circular: muchos proyectos reutilizan subproductos marinos (por ejemplo, algas de descarte) en nuevas aplicaciones. Finalmente, colabora en objetivos ambientales globales (seguridad alimentaria, salud de los océanos, mitigación del cambio climático) gracias a su carácter sostenible
A pesar de sus ventajas, la biotecnología azul enfrenta obstáculos importantes. Muchos procesos marinos aún son difíciles de escalar a nivel industrial. El cultivo masivo de algas y organismos marinos requiere inversiones elevadas y superar retos técnicos (como controlar la salinidad, la luz y la temperatura óptima en grandes biorreactores).
También existen desafíos ambientales: es esencial que la explotación de compuestos marinos no dañe los ecosistemas ni la biodiversidad. Se necesitan enfoques de gestión sostenible para proteger hábitats sensibles mientras se explotan nuevos recursos. Además, sigue existiendo un gran desafío técnico en acceder a nichos marinos profundos con biodiversidad aún desconocida (zondas submarinos, metagenómica, etc.). En definitiva, la biotecnología azul necesita un apoyo continuo en investigación, infraestructuras y cooperación internacional para superar estos retos.
Conclusión
La biotecnología azul se está convirtiendo en uno de los campos más prometedores de la bioeconomía. Al aprovechar la enorme biodiversidad de los entornos marinos, aporta soluciones sostenibles a los desafíos que plantean la medicina, la energía, la agricultura, la cosmética y la restauración del medio ambiente. Desde los combustibles derivados de microalgas hasta los productos farmacéuticos de origen marino y los materiales ecológicos, el océano sigue siendo fuente de inspiración de nuevas innovaciones con valor tanto económico como ecológico.
Aunque la biotecnología azul es crucial, es sólo una parte de un escenario biotecnológico más amplio. Existen otros tipos de biotecnología, como la roja, la verde y la blanca, que se centran en la atención sanitaria, la agricultura y los procesos industriales, respectivamente. Si tiene curiosidad por saber más sobre todas las ramas de la biotecnología y cómo dan forma a nuestro mundo, le invitamos a explorar nuestra entrada de blog dedicada a toda la gama de tipos de biotecnología.
Preguntas Frecuentes (FAQ)
La biotecnología azul es la rama de la biotecnología que utiliza organismos marinos (como algas, bacterias o peces) para desarrollar productos en los sectores de la salud, la energía, los cosméticos y el medio ambiente.
Algunos ejemplos son medicamentos como Yondelis®, cosméticos con colágeno marino, biofertilizantes a base de algas, biocombustibles de microalgas y sistemas de biorremediación para limpiar aguas contaminadas.
Promueve la sostenibilidad, la innovación en medicina, prácticas de economía circular, captura de carbono y el desarrollo de alternativas naturales a productos sintéticos.
Se enfrenta a costes de producción elevados, limitaciones de escalabilidad en procesos marinos y la necesidad de proteger los ecosistemas marinos al extraer recursos biológicos.
La biotecnología azul utiliza organismos y ecosistemas marinos, mientras que la biotecnología verde se centra en aplicaciones agrícolas terrestres como cultivos y fertilizantes.
Referencias
- European Commission. (2021). Blue Bioeconomy Report 2021. Directorate-General for Maritime Affairs and Fisheries.
FAO. (2020). The State of World Fisheries and Aquaculture 2020. Food and Agriculture Organization of the United Nations.
OECD. (2019). Marine Biotechnology: Enabling Solutions for Ocean Productivity and Sustainability. Organisation for Economic Co-operation and Development.
UNEP. (2021). Carbon Dioxide Removal and Marine Ecosystems. United Nations Environment Programme.
- Prabha, S. P., Nagappan, S., Rathna, R., Viveka, R., & Nakkeeran, E. (2020). Blue biotechnology: A vision for future marine biorefineries. In L. Singh, A. Yousuf, & M. Rathore (Eds.), Refining biomass residues for sustainable energy and bioproducts (pp. 463–480). Academic Press.
- European Commission. (n.d.). Blue Biotechnology. EU Blue Economy Observatory. Retrieved June 11, 2025